Tal como comentáramos en la edición pasada en estas mismas columnas, la Navidad pobre fue tomada en cuenta por el comité que preside el señor Intendente. La señora de la primera autoridad tomó contacto con El Guerrillero, impresionada por la tremenda miseria de la que había sido testigo al recorrer San Fernando, visitando las casas pobres.

Relata hechos que son increíbles si no fuera por la seriedad y sobriedad que ella representa. Casos de pobreza extrema, donde duermen ocho a diez niños tirados en el suelo de una pieza estrecha y mal oliente; madres enfermas gravemente llenas de hijos, etc.; fue la visión que tuvo la señora de Intendente durante el recorrido hecho con algunas damas de buena voluntad.

Así queda claramente establecido lo que comentábamos en la edición pasada, la miseria de nuestro pueblo llega a límites subhumanos que es necesario analizar y estudiar, precisamente en estos tiempos en que se acercan nuevas elecciones presidenciales.

Comprendemos perfectamente bien las magníficas intenciones de las personas que se preocuparon de la Navidad pobre sanfernandina. Lamentablemente habrán comprendido que la miseria de nuestro pueblo es demasiado honda. Durante la visita realizada no pudieron dejar de notar el terrible impacto, la enorme herida que deja la pobreza en cientos de hogares de una ciudad que es capital de una de las provincias agrícolas más ricas de Chile.

Comentarios