El complejo impasse de Las Vegas de El Flaco tiene a la opinión pública sobre excusa. Demás comprendemos que el asunto cala muy hondo en el pueblo de San Fernando, y en general de toda la zona, por constituir el lugar uno de los más ricos en aguas medicinales del país, además de otras bondades que nuestro cronista científico, Diego Márquez, destacado en las Termas, está informando constantemente por El Guerrillero.1

En verdad son muy pocos los que no conocen el benigno cajón cordillerano en disputa, de ahí que exista un notable interés por conocer quién tiene la razón: su concesionario o dueño Leonardo Bassano o el Comité Pro-Liberación, asesorado por el diputado Armando Jaramillo, que corre en esta cancha colchagüina con colores o’higginianos.

El Guerrillero sólo acostumbra a informar objetivamente sobre cualquier suceso. Esta es la razón de su escasez de artículos subjetivos en cada materia. De ahí que no demos nuestra opinión hasta que no se esclarezcan definitivamente los hechos. La opinión pública, entre tanto, desconoce los entretelones legales del asunto a tal punto de no saber fehacientemente a quién pertenece ese lugar cordillerano. Muchos dicen que es del Servicio de Seguro Social (SSS), sin embargo hemos sabido que don Eduardo del Río, jefe de tal repartición, se ha manifestado como autoridad ajena a esa pertenencia, es decir que no tiene ninguna tuición sobre ella.

Esto es sólo una gota de agua del mar embravecido del problema, ¿podremos nosotros dar nuestra opinión? Creemos que no. Solamente para cumplir con nuestros lectores trataremos de informar, como lo estamos haciendo, sobre todo lo relacionado a las Termas propiamente tales, sin confundir a la opinión pública con subjetivas consideraciones que a nada conducen.

1En aquella edición se incluyen notas con reporteo de Márquez, tituladas “Dama gigante de las Vegas de El Flaco analizada por El Guerrillero” y “Carbón de piedra hay en las peleadas Vegas de El Flaco” (p. 3). En ediciones siguientes también aparecen otros artículos, entre ellos “¿Cómo llegaron los fósiles marinos hasta el valle de El Flaco?” (13 de enero de 1958, p. 3).

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