Las mujeres de nuestro pueblo, las dueñas de casa, las mujeres organizadas de los Centros de Madres se cansaron. Años y años, por generaciones, ellas resistieron a duras penas la especulación desenfrenada. Vieron con sus propios ojos cómo los chiquillos les crecían raquíticos, mientras unos pocos se enriquecían a causa de su miseria y de su semi-hambre crónica. En la medida que ellas iban coleccionando tirillas, esos pocos cambiaban autos, iban a Europa, trabajaban al mínimo y se hacían la gran torta.

Pero las mujeres se cansaron. Llegó el Gobierno popular del compañero Salvador Allende y las cosas comenzaron a cambiar. Los ricos se anduvieron desesperando y con las calderas al rojo se lanzaron a la campaña más espantosa de que tenga antecedentes la historia chilena, tratando de desprestigiar al Gobierno. Bien saben ellos que se les va a terminar la chupeta. Se está dando vuelta la tortilla y defienden sus mezquinos intereses como lo han hecho siempre, aunque sea a costa de la abuelita. No les importa, con tal de llenarse los bolsillos.

Pero las mujeres se cansaron. Respaldadas por el Gobierno popular comenzaron a integrarse a las JAP, recibiendo el instrumento que les hacía falta para salir a la pelea. Y fueron a la pelea con fuerza. En crónica aparte informamos que Dirinco pasó, en el mes de marzo, multas por cerca de veinte millones de pesos.1 Naturalmente especificamos los partes para que se sepa quiénes son quiénes. ¿Quién ha hecho estas denuncias? Las mujeres, las dueñas de casa que se cabrearon y no van a permitir ser especuladas como siempre lo fueron.

Un nuevo organismo JAP quedó listo en San Fernando: el conjunto de las unidades vecinales 2 y 3, que corresponde a las poblaciones Cardenal Caro, Emergencia y Santa Elena. Allí va a salir polvito, porque esos pobladores están dispuestos a no dejar pasar ni una. Incorporaron a los pequeños comerciantes del sector y se va a distribuir y consumir lo que hay, sin permitir el acaparamiento, la especulación y la sinvergüenzura de los aprovechadores de toda la vida.

El Guerrillero saluda la nueva formación de una JAP. Aplaudimos el interés y el entusiasmo de estos pobladores. Aplaudimos la decisión de las mujeres a no dejarse explotar nunca más por los tiburones.

Todos están conscientes de que no son los pequeños comerciantes los especuladores, saben perfectamente bien que la cosa viene de más arriba y hacia arriba es donde se apuntan los cañones.

No se permitirá más el enriquecimiento de unos pocos a costilla de la mayoría. Se acabó la chupeta y vamos ahora amarrándonos los pantalones.

1“Vamos poniendo las cosas en orden. Saquémosnos la careta y establezcamos los puntos donde corresponden. Hemos dicho hasta el cansancio que hay comerciantes y comerciantes: los buenos y los malos. Y a los malos les está cayendo la teja muy fuertemente. Dirinco, en base a las denuncias de las dueñas de casa, están dejando la escoba. El pueblo se está defendiendo solo y eso que todavía no están las JAP en la pelea”. Entre los multados se encuentran la tienda La Luna, depósito de materiales de construcción de Jaime Correa Lizana, carnicería de Francisco Rubio, Francisco Ortega Zamora, Almacén El Cóndor, carnicería de Héctor Castro Le Roy, Elvira Lobos, carnicería de Emma Contreras de León, librería de Iris Polanco, carnicería de Manuel Silva, y otros (“Cerca de 20 millones de pesos en multas ha pasado Dirinco a comerciantes en el mes de marzo”, El Guerrillero, 8 de abril de 1972, p. 4).

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