La historia ha dejado en claro que Mr. North pagaba a unos cuantos chelines, con unos cuantos peniques las mentiras de la prensa reaccionaria de fines del siglo pasado, cuando se trataba de calumniar al Gobierno de José Manuel Balmaceda, quien tuvo la “osadía” de querer nacionalizar el salitre, principal fuente de riqueza en ese entonces, como lo es el cobre en la actualidad.

El imperialismo inglés se fue a la cresta, pero apareció con renovados bríos otro imperialismo tan feroz, tan inmisericorde y tan deshumanizado como aquel: el imperialismo norteamericano. Las huellas digitales de la CIA, de la ITT, están marcadas en la piel de Chile. Los calumniadores, concretamente los hocicones, han hecho su agosto.

Se llenaron la tarasca con un pobre inocente herido a quien llamaron el Comandante Sabino, culpándolo de la explosión del oleoducto de ENAP en Curicó e indicándolo como un hombre de izquierda. Pero la justicia se vio obligada a dejarlo en libertad incondicional porque era total y absolutamente inocente. ¿Cuántas mentiras se escribieron en contra de Sabino Romero? Ahora el señor Roberto Thieme cantó como una calandria y lo primero que dijo fue que Patria y Libertad era la autora de ese crimen horrible. ¡¡Hocicones!!

Se llenaron la sanguchera culpando a los cubanos de la muerte del comandante Araya y escribieron mil páginas desprestigiando a los compañeros de Cuba. Cayó el señor Thieme y confesó de frentón que los que asesinaron al edecán fueron nuevamente los de Patria y Libertad. ¡¡Hocicones!!

El pobre piojo que lleva las de abajo aquí en San Fernando, dirigiendo una especie de periódico que se llama La Región, tituló escandalosamente y con su desvergüenza característica que el autor del crimen del capitán de navío era marxista. Lo ha desmentido el propio señor Thieme y los porfiados hechos que han quedado en descubierto gracias a la habilidad y rapidez con que Investigaciones los ha aclarado en diligencias impecables: ¡¡hocicón!!

En tiempos de Balmaceda, un solo diario en Chile lo defendía diciendo la verdad: La Nación. Hoy son muchos diarios que dicen la verdad y los que podemos demostrarles a los mercenarios de la prensa que son simplemente unos ¡¡hocicones!!

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