Aunque parezca manía, y resulte cargante, volvemos a insistir sobre la pésima administración actual que no se compadece en absoluto con la realidad económica del país. Mientras sube los sueldos y salarios en un 20%, continúa permitiendo que empresas monopolizadoras alcen las tarifas muy por encima de este porcentaje.

El caso de la Compañía de Teléfonos raya en lo absurdo y merece el repudio colectivo por el enorme desequilibrio que comprende, perjudicando al consumidor y favoreciendo en forma desvergonzada a la compañía, a quien se le ha permitido un alza del 120%. Para autorizar este aumento de tarifas se habló de mejorar los servicios, pero es necesario comprender que la empresa es única, sin competencia de ninguna especie, lo que siempre le ha asegurado pingües ganancias, sin necesidad de preocuparse por conquistar clientes. Ahora que quiere “mejorar” el servicio, hace pagar a los consumidores por él.

S. E. el Presidente de la República1 nos llenó de esperanzas cuando prometió barrer con los monopolios en Chile, pero grande y triste es nuestra desilusión al darnos cuenta cómo, en vez de barrerlos, les ha dado mayores facilidades con el consiguiente perjuicio para el consumidor.

Este desequilibrio enorme entre las alzas de los artículos de consumo, como asimismo en otros órdenes como la Compañía de Teléfonos y de Electricidad, debieran hacer meditar a quienes se aprestan este año a dar un nuevo rumbo al país eligiendo un nuevo Presidente de Chile.

El 120% con que la Compañía de Teléfonos ha subido las tarifas no les va a impedir que redoblen los precios en las nuevas instalaciones y otros servicios. De esta manera, por donde nos demos vuelta saldremos perjudicados.

Otra vez equivocó número el Gobierno. Total, a estas alturas, ya no queda más que conformarse.

1Por entonces, Carlos Ibáñez del Campo desempeñaba su segunda administración presidencial.

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